Managua, 11 jul (PL) El número de muertos a causa de la ola de violencia en Nicaragua ascendió a 222, informó hoy la Comisión de la Verdad, Justicia y Paz, encargada de esclarecer los hechos ocurridos durante la crisis sociopolítica.
Del total de víctimas fatales, 13 no están vinculadas a las protestas, según el recuento de la junta realizado entre el 18 de abril y el 4 de julio.
«Tenemos conocimiento de ocho personas que algunas organizaciones reportaron fallecidas, pero quienes a través de distintos medios aclararon que continúan vivas, por lo cual no se incluyeron en la base de datos en este informe», explicaron a la prensa miembros de la Comisión.
Asimismo, señalaron que durante el periodo analizado se observó un continuo aumento de personas fallecidas, y la mayoría se registraron en eventos masivos.
Tal incremento se constató a partir del 30 de mayo, coincidiendo con el establecimiento de bloqueos de vías en zonas urbanas por parte de grupos opositores al gobierno, y el posterior desmonte de los mismos, donde perdieron la vida 108 personas, agregaron.
De las víctimas, cuyas profesiones u oficios pudieron ser establecidas, 57 de ellas eran trabajadores por cuenta propia, 49 obreros, 28 desempleados, 13 pertenecían a cuerpos policiales, 11 menores de edad fuera del sistema educativo, 10 estudiantes universitarios, seis de secundaria, entre otros oficios. La Comisión cuenta con información de 81 autopsias realizadas y documentadas por el Instituto de Medicina Legal, de las cuales 77 corresponden a lesiones por arma de fuego, dos por arma blanca, una asfixia química y un trauma contuso, lo cual representa un 38,9 por ciento del total de los decesos.
También informó sobre múltiples denuncias de casos de torturas, humillaciones, violaciones sexuales, muertes por impedir movilización de personas enfermas y desabastecimiento en distintas zonas del país.
En cuanto a las personas lesionadas, de las dos mil 225 reportadas, solo corroboraron hasta el momento mil 325. Además, contabilizaron 126 hechos de destrucción, incendios, saqueos, robos en instituciones público-privadas y de vehículos estatales.
La crisis en Nicaragua estalló el 18 de abril, junto a una ola de violencia delincuencial azuzada y financiada por grupos opositores golpistas, interesados en desestabilizar al país, según denunció el gobierno.